martes, 13 de septiembre de 2016

La armadura del olvido




Destrozaste de un soplido mi armadura del olvido,
posándote en el epicentro de todo mi dolor,
y yo que pensaba que al no morir seguía vivo,
descubrí que no vivo si no tengo tu amor.

Fuiste un tornado cuando menos lo esperaba,
yo pensaba que en esta tregua no ibas a aparecer,
mostraste al corazón lo que la razón negaba,
volviéndolo intranquilo si no te puedo tener.

Cobraron luz esas ruinas olvidadas,
se despertó el guerrero dispuesto a luchar,
otra vez me toca discutir con la almohada,
que aún no entiende que te quiera olvidar.

Tan sólo déjame morir con las cenizas
de ese amor que un día fue un gran incendio,
por favor, sólo te pido que no insistas,
no resucites aquello que ya estaba muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario